El cielo es una autopista,
la ciudad huele a formol.
Elefantes de metales y
montañas de hormigón.
Nauseabundos policías.
Pirotécnica función.
El teatro está repleto,
y la muerte es el telón.
Quieren meterte en el Borda
o guardarte en un cajón.
Las pirañas de corbata
te estrujan el corazón.
Con la mierda en las rodillas
es difícil caminar.
Podrán joder el camino,
pero no nos detendrán.
Ellos tienen oficinas,
yo sólo te tengo a vos.
En verdad, últimamente,
no me queda ni tu olor.
Será que extraño tus gritos. Tu locura es mi motor.
Será que extraño esos besos que siempre dicen que: "¡No!"
Bondis en Saavedra, birome y bandoneón
será que nunca conocí New York.
Tu acento de porteña, cuervos alrededor...
esto está oliendo a Buenos Aires/New York.
Los corderos se deshacen en el buche del pastor
un satélite agridulce saboriza nuestro show.
Una bolsa de esqueletos patrocina el comensal
y le escarba los colmillos con paciencia de hospital.
Los naipes sobre la mesa, me carteo una ilusión,
grito truco a los recuerdos, falta envido y faltás vos.
Las calles son un pantano, nena sos mi ventiluz.
Sonrió para la foto, luego dijo: "glu, glu, glu..."
Fuiste mi mejor poesía, fuiste mi mejor canción,
y si el verbo está en pasado no fue por mi decisión.
Será que extraño tus gritos. Tu locura es mi motor.
Será que extraño esos besos que siempre dicen que: "¡No!"
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