lunes, 24 de enero de 2011
Yo creo que la parte más dura de mandar a la mierda un hábito, es querer mandarlo a la mierda. Es decir, nos hacemos adictos por un motivo, ¿verdad? A menudo, demasiado a menudo, las cosas empiezan de cero como una parte normal de tu vida y de algún modo cruzan la línea de la obsesión, compulsión, perder el control. El caso es que la adicción nunca termina bien. Porque tarde o temprano, lo que nos haya tenido drogados… deja de hacer sentir bien y empieza a doler. Pero dicen que no mandas a la mierda al hábito hasta que caes en lo más bajo. ¿Pero cuándo sabes que has caído? Porque no importa cuánto daño nos esté haciendo algo. A veces dejarlo marchar nos duele más
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